LECTURA#16 El prado de los cinco dueños Junto al río Guadalquivir, cerca de la ciudad de Sevilla, a ambos lados de sus orillas, se extendía un prado alargado. Parecía que dormía agradecido y confiado en aquella tarde en que exhalaba su olor a yerba recalentada.Pasó por allí un pintor y, al ver el césped con tantas tonalidades en su gama verde, pensó que era el color ideal que andaba buscando. Había hallado aquellos fondos que intuía, sin encontrar, desde hacía largo tiempo. Sin querer, los tenía allí, en aquel trozo de hierba. La habitación que estaba pintando para la sultana llevaría aquellos matices, con lo que la joven tendría la ilusión de vivir dentro de una esmeralda. Y adquiriría fama, causaría sensación en palacio. Pasó por allí un ganadero, cuyo negocio iba floreciente. Su clientela había aumentado y necesitaba ampliar sus pastos. Al contemplar la hierba fina, tierna y limpia, pensó que aquel prado era lo que necesitaba. Podría hacerle un riego diario, daría mucha hierba...