Lectura #9
El Amor... es Poesía
Desmayarse, atreverse… Lope de Vega
Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, moral, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde, animoso, no hallar, fuera del bien, centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso. Huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que el cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635) Nace en Madrid. Muy temprano manifiesta un talento precoz para su ocupación literaria. A los doce años escribe su primera comedia. Sus contemporáneos lo llamaron el Monstruo de la Naturaleza por la fecundidad de su inspiración ya que además de haber escrito 1,800 comedias es autor de una novela pastoril: La Arcadia; una sicológica y autobiográfica: La Dorotea; otra de aventuras: El Peregrino en su patria; escribe además obra de historia, de asunto místico, poesía épica y, sobre todo, poesía lírica de inspiración religiosa y de inspiración profana, culta y popular.
Definiendo el amor Francisco de Quevedo y Villegas
Es hielo abrasador, es fuego helado: es herida que duele y no se siente, es un soñador bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero parosismo, enfermedad que crece si es curada. éste es el niño Amor, éste es su abismo mirad cual amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo.
Este amor, ¿es deleite o es herida? Enrique González Martínez
Este amor ¿es deleite o es herida? Se aferra el corazón a la pregunta y aguarda ante la esfinge cejijunta la clave pavorosa y escondida. Igual cuando la noche me intimida con su quietud, que cuando el alba apunta, miro muerte y amor, la eterna yunta arando en las estepas de la vida. Si el amor es sufrir. ¿por qué me empeño en amar más y más, y en cada sueño nuevas presencias del amor imploro? Y si es dulce el amor, ¿por qué me afano en llevar a mi fiesta de la mano la amarga duda y el cobarde lloro?
Qué es amar… Xavier Villaurrutia
Amar es prolongar el breve instante de angustia, de ansiedad y de tormento en que, mientras espero, te presiento en la sombra suspenso y delirante. ¡Yo quisiera cambiar de tu cambiante y fugitivo ser el movimiento y cautivarte con el pensamiento y por él sólo ser tu solo amante! Pues si no quiero ver, mientras avanza el tiempo indiferente, a quien más quiero, para soñar despierto en su tardanza la sola posesión de lo que espero, es porque cuando llega mi esperanza es cuando ya sin esperanza muero.
Por ti, amor Rubén Bonifaz Nuño
Por ti es que puedo, amor, sentirme dueño de algo que no soy yo. Por ti la altura más alta es conseguida, la que dura coronando los vértices del sueño. Y es por ti que estoy solo; que el ensueño del corazón se puebla de amargura al encontrarse en soledad: segura, inconmovible linde de su empeño. Tu fuerza dulce, amor, liga y separa al mismo tiempo, y paralelamente sabe dar el dolor y la alegría. Es el abismo hipnótico y el puente: lazo y distancia entre la luz más clara y el pozo de la sombra más vacía.
¡Ay qué trabajo me cuesta...! Federico García Lorca
¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero! Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero. ¿Quien me compraría a mí este cintillo que tengo y esta tristeza de hilo blanco, para hacer pañuelos? ¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!
Para el amor no hay cielo… Rosario Castellanos
Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día; este cabello triste que se cae cuando te estás peinando ante el espejo. Esos túneles largos que se atraviesan con jadeo y asfixia; las paredes sin ojos, el hueco que resuena de alguna voz oculta y sin sentido. Para el amor no hay tregua, amor. La noche no se vuelve, de pronto, respirable. Y cuando un astro rompe sus cadenas y lo ves zigzaguear, loco, y perderse, no por ellos la ley suelta sus garfios. El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla el sabor de las lágrimas. Y en el abrazo ciñes el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.
Amor mío, mi amor Jaime Sabines
Amor mío, mi amor, amor hallado de pronto en la ostra de la muerte, quiero comer contigo, estar, amar contigo, quiero tocarte, verte. Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo los hijos de mi sangre acostumbrada, lo dice este dolor y mis zapatos y mi boca y mi almohada. Te quiero, amor, amor, absurdamente, totalmente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado. Te quiero desde el poste de la esquina, desde la alfombra de ese cuarto a solas, en la sábanas tibias de tu cuerpo donde se duerme un agua de amapolas. Cabellera del aire develado, río de noche, platanar oscuro, colmena ciega, amor desenterrado, voy a seguir tus pasos hacia arriba, de tus pies a tu muslo y tu costado.
Pasa el mágico invierno… Miguel Guardia
Pasa el mágico invierno adormecido, y el verano, y la dulce primavera; nuevo otoño deshoja su primera nostalgia de oro, al viento sacudido… Cuántas caras pasaron al olvido: la vida móvil se transforma entera, dejando, nada más una ligera, débil señal de cosas que se han ido. Sólo, amada, tú quedas en mi vida; sólo tu amor es inmutable y cierto, llama nunca insegura ni extinguida. Y en un mundo fantástico de sombras sólo tú me aseguras que no he muerto cuando me ves, me tocas o me nombras.
Comentarios
Publicar un comentario